Eva Kali
Alyona "Cotopaxi" Kalistratova
1974-2020
30.12.2008
Intro
...todas las nubes y las lluvias comienzan aquí - en esta habitación,
naciendo de este humo que produce Alyonka.
Si ella no fumara tanto... o bueno, quién sabe qué pasaría
si ella no fumara tanto. Posiblemente, insignificancia y
todo seguiría su curso, o tal vez las cosas hubieran
cambiado completamente. Pues como sea, se pierde
tanto tiempo en esta dudosa actividad...
Pero el hecho, sin embargo, sigue siendo un hecho -
Alyona fuma demasiado. Echa humo como una
locomotora. O como la tubería de una vieja caldera. La
mañana de Alyona comienza hacia la hora del almuerzo.
Una bata, zapatillas y a la ducha. La tetera hierve, las
tostadas dan un brinco. Sol radiante, brillante.
Después de beber el té, Alyona se sienta a dibujar. Y, por
supuesto, saca los cigarrillos. Ella dibuja, apretando los
labios, en silencio e inusualmente seria, fumando y
sumergiéndose cada vez más profundamente en el azul y
estupefaciente humo del tabaco. La miro a ella, y por la
ventana ancha miro las nubes pesadas e hinchadas que
se acumulan en los Andes, me acuerdo de aquella vieja
caldera, y de repente me doy cuenta de que todas las
nubes y las lluvias comienzan aquí - en esta habitación,
naciendo de este humo que produce Alyonka y que se
arremolina ahora, y se derraman esas lluvias
normalmente sobre la ciudad sólo por la tarde, porque
ella sólo se levanta a esta hora.

Oleg Andreyev
fotógrafo
Respire profundamente
Las panorámicas de la Sierra Ecuatoriana
30.12.2008
San Cristóbal
Parece, que ya no puedo seguir sin las Galápagos.
Cuando miro un pájaro gris que parece una gaviota gigante, que con curiosidad se acerca a mis pies, cuando mis dedos los mastica y lame un cachorro de león marino, cuando nado en medio de una enorme bandada de peces brillosos, cuando veo una iguana marina que se devora un alga bajo el agua, cuando me siento en la punta de un barco que corre sobre las olas y el mar me salpica en la cara, entonces. Entonces me siento una niña.

Una niña que nunca ha conocido la pena, que sabe cómo alegrarse con cada rayo de sol, cada concha que se encuentra en la orilla del mar.

Parece, que ya no puedo seguir sin las Galápagos.

Alyona Kalistratova
diario
Left
Right
Los Caminos de los Incas
Calles de América Latina
08.02.2006
Esplín
Y me parece ya, que no hay ningún Ecuador en el mundo,
sino sólo esta casa y el frío, el congelado Moscú.
Todo el día, con pequeños recesos, me paso echada, con la nariz hacia el respaldo del sofá. Tengo morriña. Estoy leyendo Metro 2033.

Esta niebloso y la cabeza da vueltas.

Y me parece ya, que no hay ningún Ecuador en el mundo, sino sólo esta casa y el frío, el congelado Moscú. Y todo lo demás lo soñé o imaginé.

Quiero quedarme casi sin moverme, levantándome a veces por los cigarrillos, hasta el domingo. Hasta que finalmente tenga que ir a Sheremetyevo.

Alyona Kalistratova
diario
Mitología doméstica
Metamorfosis de Alconost
13.08.2012
En cuanto a tontear
De una manera infernal quiero convertirme en una especie de biólogo o botánico.
De una manera infernal quiero convertirme en una especie de biólogo o botánico.

Describir, bueno... digamos, el proceso de desarrollo de un espeluznante hierbajo.

Y observar los cambios estacionales en el comportamiento nutricional de un arrastrante subarbustaceo.

Escribir con una escribimienta real en un gran libro con cubierta de cuero, hacer bocetos o fotos. Detrás de una enorme mesa antigua tallada. Y atrás de mi espalda tener armarios con un montón de libros antiguos y enciclopedias.

Alyona Kalistratova
diario
Subescultura
Hermann y sus vecinos
27.12.2008
Puerto Ayora
Un lugar donde las emociones de miles de personas se han preservado
y vivido por sí mismas durante años, cientos de años.

Incluso las personas no religiosas, pero que son especialmente sensibles, sienten la presencia de algo en los viejos templos. Algo es muy diferente allí. Y no se respira igual. Y la luz. Y... No lo sé, es difícil para mí expresarlo con palabras. Es exactamente lo que llaman un "lugar sagrado / de oración".

Un lugar donde las emociones de miles de personas se han preservado y vivido por sí mismas durante años, cientos de años.

Alyona Kalistratova
diario
Nuevas imágenes a medias
Sugestivismo de la red neuronal
13.08.2012
Psicodélica
Soñé que tenía un elefante. Era lindo e infeliz.
Los sueños de una persona enferma son extremadamente vívidos e intrincados.

Soñé que tenía un elefante. Del tamaño de la mitad de la almohada, pero pesado como dos grandes contrapesos. Pesadez algodonosa.

Y tenía flores en la espalda.

Y estaba vivo.

Y no podía subir las escaleras. Se quedaba allí, dando pasitos y miraba hacia arriba con lástima.

Tuve que bajar, arrimarlo a mi pecho y llevarlo por las escaleras hasta el apartamento.

Era lindo e infeliz.

Alyona Kalistratova
diario
Left
Right
26.12.2008
Tres mil años
Pareces una estrella... Una estrella muy brillante.
No te vayas, ¿De acuerdo? Quédate al menos un poco más.
No llores, me dice Sandro y me besa los ojos para secarme las lágrimas. No llores. Todo estará bien. Sonríe. Necesariamente sonríe al mundo y él hará cualquier cosa por ti.

Eres una bruja, dice él. Lo sé, puedo verlo. Eres una hechicera. Y siempre tendrás lo que quieras.

Y también pareces una estrella, dice. Como una estrella brillante, brillante. No te vayas, está bien? Quédate, dice, y me besa los dedos. Al menos quédate un rato.

— Iremos a Isabella para el Año Nuevo? Ahí hay una laguna, tú sabes. Grande. Y al atardecer, vienen volando y se juntan los flamencos rosados. Y es tan hermoso. Sus plumas arden en llamas del sol poniente. Vamos?

— Iremos, por supuesto que iremos.

Alyona Kalistratova
diario
Máscara.
Ultima creación
14.04.2020
Coda
Dibujaba, esculpía, fotografiaba, montaba su moto.
Siempre pensé que su moto la mataría o la explosión de un volcán.
Alyona era genial.

Nos conocimos a través Live Journal a principios de los años 2000. Ella vivía en un país lejano y un día apareció en Moscú. Y de repente en nuestra casa. Fácil y sencillo.

— Y ven a visitarnos", dijo. - Ya en un mes.

Y resistirse a su entusiasmo y energía era simplemente imposible. Entonces juntamos el dinero para el boleto y volamos.

Gracias a su invitación, fue nuestro primer vuelo largo. Las primeras islas tropicales. Sabor a lima, a mango. El primer olor de la selva. La primera gran cascada. Y el primer volcán en erupción.

Ella fue la primera que nos mostró una cámara DSLR y nos contó sobre Travel-Photos - fotos de viaje.

— Han probado el helado frito? Y si vamos a disparar! Han estado en un mercado indio? Y han pescado truchas en el ecuador? Cómo? No han visitado las aguas termales minerales? Vamos!

Su entusiasmo era más insistente que el de una locomotora.

— No tienes una página web? Yo te la dibujaré.

Y lo dibujó. Mi sitio web todavía lleva su diseño. Sí, está bastante obsoleto. Pero no he cambiado nada en quince años. Me gusta.

No hemos hablado mucho últimamente. Pero siempre supe que ella estaba ahí, en algún lugar, del otro lado del mundo. Ya sea en Argentina, las Galápagos, en algún lugar cerca de Tungurahua o las selvas del Amazonas.

Dibujaba, esculpía, fotografiaba, montaba su moto.

Siempre pensé que su moto la mataría o la explosión de un volcán. Hasta se lo decía.

Pero resultó ser una corona. La que es como la gripe. La que no existe. Y la que es sólo para gente mayor.

Adiós, Cotopaxi.

Alexei Pekhov
escritor
En la memoria de una fotógrafa, artista, escultora y a veces mapache.